Salvemos al tapir

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El tapir recibe como nombre científico Tapirus perteneciente al género de mamíferos perisodáctilos de la familia Tapiridae. Según el lugar donde habite recibe otros nombres como tlapizote, danta, pinchaque, mboreví y anta. Antiguamente existían 9 géneros de los cuales están extintos excepto el tapir. Según los estudios científicos hace más de 400 años habitan en el planeta. Guarda un parentesco lejano con los caballos y algo cercano con el rinoceronte.

Se encuentra distribuido por toda América del Sur, sus poblaciones habitan en Argentina, Perú, Colombia, Paraguay, Venezuela, Brasil, Ecuador y Bolivia. Se conoce que necesitan amplias aéreas para vivir. Habita en la selva de montaña, bosques tropicales y en parches de bosque chaqueño, con lagunas y ríos pues se caracteriza por ser un excelente nadador, tanto que se sumergen por 3 largos minutos.

El tapir es un animal completamente herbívoro. Su alimentación consiste en el consumo de hojas, plantas acuáticas, corteza, plantas de ribera, flores y de varios frutos.

El tapir se caracteriza por tener un cuerpo grueso pero de tamaño mediano, su longitud varía desde 1,8 m hasta los 2,5 m, su peso oscila entre 220 a 300 kg y su cola mide de 5 a 10 cm. Su pelaje es corto y oscuro. Tiene cuatro dedos en cada pata. Tiene como rasgo distintivo el hocico largo y en forma tubular que se prolonga en una probóscide, este le trae como beneficio el alcance de algunos alimentos que se encuentran a cierta altura, también lo utilizan para coger agua y a los ejemplares machos, para enfrentarse en la época de apareamiento a sus rivales.

Su tasa reproductiva es baja pues las hembras de esta especie suelen tener cada 13 meses una sola cría.

El tapir tiene como amenazas naturales la anaconda y el jaguar. En la actualidad se considera una especie vulnerable producto a la actividad humana, o sea, el avance de la civilización el cual conlleva la destrucción de su hábitat y la caza indiscriminada por la obtención de su piel.